
Un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) localizado en San Juan (Argentina) está desarrollando nuevas estrategias para el manejo de los olivares expuestos a la alta variabilidad climática, como son las altas temperaturas y la restricción hídrica. En este sentido, se busca generar información para facilitar la toma de decisiones que permitan mantener los niveles de rendimiento del cultivo y la calidad del producto final.
Mariela Torres, coordinadora del banco de germoplasma mundial de olivos del INTA, ha destacado que el objetivo de estos ensayos es “implementar nuevas estrategias de riego en olivares que permitan un ahorro de agua, así como de energía, buscando aumentar la calidad de los aceites y la producción de aceituna mediante la restricción hídrica”. Además, el coordinador del banco de germoplasma mundial de olivos del INTA, Pierluigi Pierantozzi, ha precisado que “este ensayo se realiza bajo dos tipos de riego deficitario, uno sostenido en el que se aporta menos cantidad de agua de la necesidad teórica del cultivo del olivo durante todo su ciclo; y otro controlado, con una menor cantidad de agua que la necesidad teórica del cultivo, en diferentes momentos del año, pero respetando los periodos críticos del olivo”. De esta forma, se pretende analizar los efectos de estas dos estrategias (riego deficitario sostenido y riego deficitario controlado) sobre los parámetros vegetativos (volumen de copa, longitud de brindillas, diámetro del tronco), fisiológicos (potencial hídrico del tallo) y productivos (rendimiento kg/planta) de dos modelos de cultivos, uno superintensivo y otro intensivo con la variedad ‘Genovesa’.
Asimismo, la coordinadora afirma “hasta el momento, observamos que los tratamientos deficitarios intermedios no registran una disminución marcada en el rendimiento, con respecto al tratamiento control, con una ventaja comparativa en los costes de manejo” y que estos resultados preliminares aportan una información de base sobre los requerimientos hídricos de ambos modelos de olivar.
Por otra parte, esta investigación persigue otro objetivo que consiste en evaluar el impacto de las temperaturas invernales más altas y la pluviometría más baja en ambos modelos. Para ello, se ha planteado la posibilidad de modificar las prácticas de riego como alternativa para promover la salida del reposo de las yemas, así pues, se conseguiría mejorar la floración y la productividad del olivar. En cambio, destaca “una problemática que plantea el cultivo del olivo en Argentina guarda relación con la adaptación de los cultivares introducidos, la mayor parte del origen es europeo, a condiciones ambientales diferentes a las predominantes en los países de la Cuenca Mediterránea”. En consecuencia, se observa una baja productividad en algunos cultivares y ambientes, como resultado de alcanzar un bajo porcentaje de floración y/o una marcada alternancia de la misma entre los ciclos de vida del cultivo.
Por esta razón, Mariela Torres, ha hecho especial hincapié en la necesidad de desarrollar un estudio sobre la influencia de la regulación ambiental en los procesos de inducción y diferenciación floral. Además, indica que “se trata de un aspecto de suma importancia puesto que tiene influencia directa sobre la floración y en última instancia sobre el cuajado y la producción de frutos”. Así pues, se pretende profundizar en la evidencia existente sobre el efecto de la temperatura y la restricción hídrica invernal como moduladores del desarrollo floral, con la finalidad de evaluar algunas señales bioquímicas y moleculares que podrían intervenir en este proceso.
Finalmente, Torres concluye diciendo que “los resultados plantean la posibilidad de brindar herramientas de manejo a los olivicultores para promover la salida del reposo de las yemas y mejorar, así, la floración y la producción de los olivares”. En adición, Pierantozzi subraya que “esto da herramientas a los olivicultores y técnicos del sector a la hora de planificar estrategias de manejo del riego orientadas a un uso más eficiente del recurso hídrico, en un contexto de escasez hídrica como en el que nos encontramos”.